miércoles, noviembre 21, 2007

Cobardes e incultos de derecha a izquierda

Precisamente en estos días, cuando me estoy releyendo pasajes de libros de Ian Gibson sobre la muerte de Federico García Lorca, de lo cruelmente que lo mataron, de la envidia más insidiosa desde la que se le asesinó, desde la venganza más caliente –asesinar por la espalda y a la orden de un superior no es un plato servido con frialdad-, y desde la mayor sin razón del que mata por excusas propias de un enfermo mental. Justamente en estos días donde me entran escalofríos de pensar en cómo los extremos pueden anular el juicio de los seres humanos y llevarlos a una guerra por una causa común, pero banal cuando se empieza a derramar sangre sobre ella.

Ayer en Granada hubo follón de ultra imbéciles. Los más 'coloraos' se dedicaron enfrentarse a la Policía, destrozar el mobiliario de la ciudad y quemar contenedores al estilo 'Hernani'. Sin contar que fueron a buscarles la boca a los radicales fascistas que, también tiene bemoles la cosa, se concentraban ante la Catedral porque en la Iglesia del Sagrario habia una misa en honor... ¡a Franco! Sin palabras.

Poco a poco se cuelan en las pantallas de los televisores, en las ondas radiofónicas y en las páginas de los periódicos, noticias y hechos relacionados con concentraciones de ultras, tanto de la diestra como de la siniestra. Y nuevamente, cuando creíamos que todos aquellos lemas y soflamas nacidos del odio y la desvergüenza, los canales de comunicación han vuelto a ver cómo por ellos circulan consignas antediluvianas. ¿Debemos dar ocasión para que estos mensajes tan rimbombantes vuelvan a tener una plataforma de poder comunicativo a su alcance? ¿Los medios de comunicación deben poner un micro delante de bocas llenas de odio?

Soy de los que piensan que no se debería entrar más al trapo en estos asuntos. Normalmente, los ultras aprovechan los micros para lanzar sus soflamas, que la mayoría de los humanos con un mínimo de cultura nos tomamos a risa con tal de no llorar; pero hay gente que se los puede llegar a tomar en serio. Los medios no debemos dar esa oportunidad a quienes usan la violencia a la palabra. Que deciden usar los puños cuando intelectualmente les arrincona una persona a base razonamientos y argumentaciones. Es su reacción al miedo a lo desconocido, a aquello que les escapa de su capacidad intelectual y que se arreglaría con una asistencia habitual a una biblioteca en vez de ir a una misa para honrar a un dictador asesino o fumarse un canuto en calle Elvira rodeado de perros.

Contra la incultura, cultura, libros, ciencia, conciencia. Prohibamos símbolos preconstitucionales, aquellos que no llevaron a matarnos unos contra otros, a asesinar hermanos de sangre y amigos del alma, los mismos que asesinaron a Lorca… En Alemania, con una esvástica vas a la cárcel. En España deberíamos prohibir el ‘aguilucho’ y controlar mucho el mal uso que se hace de la ‘tricolor’. Al fin y al cabo, la primera representa una dictadura basada en el miedo y la segunda un régimen democrático, con sus luces y sus sombras.

REPORTAJE GRÁFICO: Miguel Rodríguez (Granada Hoy).